
Por una verdadera cultura del conocimiento en los negocios
Es obvio que todos los trabajos se basan en el conocimiento, y cada vez más. Cuanto más se difunda y domine el conocimiento, mejor será el éxito de todos en sus misiones. Sin embargo, muchas empresas no son del todo conscientes de ello y no hacen del control del conocimiento un eje estratégico de progreso.
La cultura del conocimiento en los negocios
Aquí somos los defensores de una Cultura del conocimiento en los negocios, defienda la idea de que las empresas se beneficiarían mucho de una mejor difusión del conocimiento y difundirían mejor el conocimiento al generalizar la evaluación del conocimiento.
Es obvio que todos los trabajos se basan en el conocimiento, y cada vez más. Cuanto más se difunda y domine el conocimiento, mejor será el éxito de todos en sus misiones. Sin embargo, parece que muchas empresas no son plenamente conscientes de ello, o al menos no hacen del dominio del conocimiento un eje estratégico de progreso.

La cultura del conocimiento como vector de productividad
Las empresas están obsesionadas, con razón, con la productividad.. Este es el parámetro principal de su rentabilidad. Y la productividad, básicamente, es el producto de tres factores relacionados con el ser humano:
- Habilidades individuales,
- Motivación,
- Conocimientos.
Se podrían mencionar los factores organizativos y metodológicos, pero en realidad se reducen al conocimiento: La metodología es solo un factor de productividad en la medida en que se conoce y controla. Para completar, habría que añadir un factor no humano, la herramienta de trabajo, ya sean robots o software. Su importancia puede ser inmensa, pero aquí nos centramos en los factores humanos de la productividad.
Así, podemos escribir la ecuación fundamental de la productividad individual:
Productividad = Capacidades x Motivación x Conocimiento (x Herramientas y métodos)
Tenga en cuenta que se trata de un producto y no de una suma, porque está claro que cualquiera de estos factores, si es cero, puede anular el resultado.
Los mismos factores también determinan la capacidad de innovación : cada idea, cada invento, nace de una sopa de conocimiento. Reclutamiento aporta algunos ingredientes a esta sopa, pero en su mayor parte, la empresa debe crear, difundir y nutrir su conocimiento internamente. Por eso es necesaria una verdadera estrategia para gestionar y fortalecer el conocimiento.
Sobre todo porque, para cada empleado, asegurarse de tener los conocimientos necesarios para tener éxito también es la condición para un trabajo feliz.
Estamos hablando del conocimiento en un ámbito muy amplio, que incluye todo lo que aprendimos en la escuela, así como las mejores prácticas adquiridas en el trabajo. Conocimientos fundamentales, pero también conocimientos muy contextuales... Pueden ser las características técnicas de un producto, las referencias comerciales de la empresa, un texto legal reciente que haya influido en su profesión,... todo ello cuyo perfecto dominio simplemente permite trabajar mejor.
Aproveche la valoración empresarial
El avance del conocimiento en la empresa es la misión de la formación profesional. Sin embargo, la formación estructurada y organizada es solo una forma minoritaria de difundir el conocimiento. La mayor parte de la difusión del conocimiento tiene lugar «en el trabajo», en el ejercicio diario de la profesión, mediante el consejo de un anciano, mediante observaciones personales y mediante el autoaprendizaje. Estos procesos, que a menudo no están muy estructurados, pueden ir acompañados del despliegue de herramientas de evaluación, que permiten formalizar los conocimientos de manera directamente procesable y medir los progresos de forma continua, en aplicación de la máxima» No hay progreso sin medida».
Para hacer el mejor uso devaloración empresarial, la primera condición es que sea bien vivida por todos, que se convierta en una herramienta de trabajo ordinaria, al servicio del progreso de todos.
Desde pequeños, hemos estado condicionados a experimentar la verificación de conocimientos o «entrevista escrita», con cierta ansiedad. Muchas cosas dependerían de su resultado: la alegría o el enfado de los padres, la transición al sexto grado, la admisión a un curso de educación superior, las perspectivas profesionales. Por lo tanto, es bastante natural que la idea de una verificación de conocimientos todavía nos cause cierta ansiedad. Y muchas empresas, anticipándose a esta preocupación, se privan de los beneficios de la valoración.
Sin embargo, la solución es muy sencilla. : para que la evaluación sea vivida positivamente por todos, debe ser banalizada, generalizada, y la mejor manera de lograrlo es hacerla de autoservicio. Es decir, promover una evaluación elegida, utilizada por todos como una herramienta de trabajo ordinaria, al servicio de su aprendizaje y, por lo tanto, de su progreso personal. Si cada empleado puede asegurarse de forma independiente y anónima de que tiene el nivel esperado en un campo de conocimiento determinado, la evaluación formal, la certificación, ya no es una simple formalidad sin un estrés especial.
En resumen, creemos que las empresas tienen mucho que ganar si se generaliza la evaluación del conocimiento, y que deben conseguir que se acepte como una herramienta de trabajo normal. Esto requiere voluntad estratégica, por un lado, y herramientas de evaluación eficientes, por otro.